SENSIBILIDAD


Hoy busqué en el diccionario la palabra sensibilidad. Es un vocablo que la gente me ha colgado incontables veces, sobre todo cuando mis reacciones los llenan de incógnitas. Es verdad, que algunas de ellas yo misma soy incapaz de razonarlas con lo cual, la única explicación que queda es que debo ser muy sensible. La insistencia me ha llegado a convencer tanto que si alguien me pidiera una descripción personal de mi carácter no faltaría ese adjetivo en mi discurso. Pero en mí todo esto va más allá, parece que el concepto queda corto y para entenderme necesito grados. Desde el principio de nuestra relación alcancé la cumbre, hipersensibilidad me diagnosticó, un exceso que diluye la virtud y el defecto.

Cuando aparecen esos momentos donde siento que las lágrimas vuelven a escaparse, me agarro como un acto de fe a esa interpretación y hoy como le digo he querido saber si eran coincidentes los síntomas y el juicio. Encontré esto:

1.Facultad de sentir, propia de los seres animados.

Esta definición me devolvió contradicción porque mi sensibilidad me ataca en el desánimo, cuando se hace evidente en lo que me convierto es en puro ser desanimado, por lo tanto sería impropia de mí. Las primeras definiciones nunca aciertan, es máxima.

2.Propensión natural del hombre a dejarse llevar de los afectos de compasión, humanidad y ternura.

Esta tampoco es la mía. No es la sensibilidad que yo cargo, al menos hasta el final de la frase, al llegar a los afectos la cambio por otra cosa seguro porque compasión no es lo que gritan mis lágrimas. Pensé que el diccionario estaba para aclarar dudas y resulta que me tira los cimientos, a estas alturas ando pensando que a ver si va a ser que no soy sensible ¡Qué angustia! con lo que me desestabilizan los cambios.

La tercera me la salto porque expone cualidades y me llena de pudor.

La cuarta el mismo destino, habla de ciencia y a mí siempre me ha gustado ser de letras. Debería aprender de una vez a poner los deseos en la casilla de la probabilidad.

Y así montada en la decepción lingüística, sin casi ya esperanza, llegué a la quinta y última definición. Dice así:

5.Capacidad de respuesta a muy pequeñas excitaciones, estímulos o causas.

En ella encontré la clave. Habla de respuestas, mi eterna búsqueda. Excitaciones, palabra desaforada amiga de la pasión, mi siempre deseada. Estímulos y causas, el principio de todo. O sea, que la sensibilidad necesita de una causa, causa ajena intuyo. Entonces está claro, mi afectación es efecto y un efecto no es un sinsentido, un efecto es consecuencia y ¿no es la consecuencia quien da sentido a los hechos?

Siento alivio de responsabilidad, el diccionario me salvó. Sólo una ligera pega pero por subjetiva ni la evalúo: "muy pequeñas" dice pero ¿qué saben las palabras de medidas? a no ser que la mía sea inversamente proporcional: a hipocausa, hipersensibilidad... demasiado complicado incluso para mí.

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