El
spanking siempre está con nosotros, lo escondemos cuando nos relacionamos fuera de este mundillo y nos envuelve cuando las relaciones nacen aquí. Dentro de este mundo, que tiene sus normas, sus propias características, somos nosotros los que nos escondemos detrás. Nosotros persiguiendo al
spanking y adaptándonos a sus perfiles, tan distintos unos de otros, tan diferente al que ya habíamos inventado. Da igual el tipo de relación que se consiga, da igual que nunca se llegue a tener una sesión, no importa si el que esta detrás de tu pantalla se ha hecho acreedor de la palabra amigo, el
spanking es y será el nexo de unión.
La cosa se complica cuando las relaciones crecen en cantidad, se mezclan unas con otras, confluyendo todas en el mismo centro. La fantasía nos une a todos y la fantasía nos aleja; nos llena de encuentros y
desencuentros; salpica nuestro comportamiento de sutilezas, de verdades a
margas y de dulces mentiras.
Y es que llegamos aquí con sed, con la garganta seca de tragar imaginación. Encontramos la isla del tesoro pero ¿dónde está enterrado? Con nuestro mapa de necesidades, sin conciencia de
búsqueda nos llenamos de palas las manos. Pero hay que aprender a cavar y no es
fácil, nos herimos de torpeza y tal vez con suerte lo encontremos debajo del primer árbol, tal vez el segundo o quizá el tercero... y plantemos eterno nuestro deseo en su sombra, o tal vez le cojamos el gusto a desenterrar y no queramos parar nunca.
No una envidia sana, sino una envidia de las de verdad. Te envidio por disponer de tiempo para poder vivir ese placer tan oculto.
Por mi parte, sólo puedo reconocer que me siento muy atraido a vivir al menos una vez en mi vida el placer de poder azotar, sentir como la otra persona se deja caer de placer entre mis piernas ...
Seguro que algún día lo viviré.
Tiempo de vivir, tiempo de perseguir deseos. No creo que hagamos otra cosa en nuestra vida. Lo malo es que equivocamos los caminos dándonos la impresión de que nos sacan tanta ventaja que nunca tendremos tiempo de alcanzarlos... Busca un atajo y como tú dices, sin duda, lo viviras.
Bienvenido