Me sentaré a leer el tiempo que pasó, esperaré encontrar la intensidad que perdí, pararé a mirar con detenimiento las imágenes de mi necesidad, adivinaré adonde fue todo y volveré a recoger la obra que compuse...
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Sobre la mesa, diseminadas, tengo las piezas. Otra vez desarmé el mecanismo que me trabó los pasos. Dar cuerda no funcionó y decidí, radical, volver a enumerar. A riesgo de romper, a punto de perder, fue más grande el deseo del ritmo del tic-tac. Y ahora ¿cómo hago? porque yo quiero el mismo, no quiero que adelante, ni quiero que se acalle...
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¿Por qué hay ruido de pájaros si ninguno voló? Si aún siguen, imbatibles, prestándole sus alas a mi imaginación. Aquello que nos une, aquello que medimos con torpe perspectiva, nunca cambió su nombre, aún se llama siempre y es más aún cadena. A ella me anudo en piel marcada por no olvidar palabras, por no espantar los únicos sentidos que saben que soy suya...
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Conoce el hueco que deja el espacio donde nunca lo ubico, donde sin faltarme le echo tanto en falta. Incrédula le miro desde el balcón de la normalidad ¿Cuándo voy a aprender que aquella no es mi casa? que yo tengo un jardín de mundos al revés...
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Y ahora sí, ahora comprendí. Tumbada en sus rodillas se nos seca la sal que derrocho en su pecho y el único que huye de esta historia es el miedo. Puedo decir "usted" que es decir entregada. Puede callar y hablarme con las manos... tic-tac y voy contando.
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Prometo, en cuanto pase noviembre, hablar mucho más claro, hacer todo más fácil y escribir con la izquierda, desenredar descaros o probar a esconder o intentar enseñar ... quizá sea posible, quizá pase noviembre.
Hachita, sabes comunicar tu sentir, la esencia del mismo, con imágenes de rotunda sinceridad que a la vez te ocultan.
Ahora parece como si te replegases, buscando nuevas vías para no renunciar al anhelo final. Alguien te calificó como una mística Teresa, pero yo te veo como una Alicia Liddell con un pie en el mundo de los espejos de la infancia mágica y el otro quizá en el real de la hipoteca y la dieta baja en calorías. ¿Qué ocurre para que el salto final no sea posible? Tú estás deseando volar, trascender a otra realidad donde las leyes de este universo no rigen en plenitud. Puede ser que eso no sea posible, sin más. Se te ve conforme, pero incompleta. Voy a seguir leyéndote, porque soy un clasicote incondicional de los finales felices.
Este tu Señor, que te tiene en tal sinhallarteenti, es quien debe timonear ya con decisión, que para eso es el director y guía. Eso espero, porque los relojes no se hicieron para ser desmontados de continuo ni las alas brotan para no ser batidas.
Y ahora, abucharado por las tonterías que seguramente acabo de decir, te dejo con un fuerte beso.
Sé que todo esto que escribo no tiene nada que ver con lo que te pasa, pero es lo que me pasa a mi. Ya no sé si seguir adelante, si salirme de este camino y volver a mi vida anterior, si ...
Mala tarde de noviembre
Pués sí, todo empezó así, como tu dices, con unos humildes y reconfortantes azotejos. Pero creció y creció abriéndome un mundo que ya llevaba dentro. No es posible dices? sí lo es, tiene que serlo porque si no yo no estaría aquí escribiendo esto.Hachita no existe sin ese mundo. Ya crucé el espejo y por eso, porque lo crucé es por lo que, mientras las ganas de él me acompañen, seguiré pataleando con tortuosa y tal vez infantil ambición.
Seguiras leyendo y yo escribiendo... seguiremos navegando.
Besillos
No tenemos dos caminos, volver adónde? pero tenemos tiempo y el bendito msm para coger resuello y, se ponga como se ponga noviembre, seguir disfrutando de nuestra contradictoria condición... Te espero por alguna ventana y que tiemble spankilandia!!!
Besazos