SIN RINCONES


La entrega es plenitud. Pensamiento y meta, tal vez utopía. Pero también es vacío cuando tomo conciencia. Si la busco, si la sueño, si después miro dentro encuentro un desierto de defensas. Nada queda para esconderse, ni un rincón que me proteja del miedo. Ese poderoso miedo que me invade al descubrir que he dado todo lo que soy, que no hay nada más. Nada que pueda sorprender, nada que pueda ilusionar, nada nuevo porque no me guardé nada.

Soy lo que le he dado y si no sirve, no tengo a que agarrarme. Ese es mi miedo, saber que no puedo subir más y no alcanzar, quedarme pequeña. Me falta un palmo y no sé inventarlo.
En ese espacio viven mis lágrimas.

0 Comments:

Post a Comment



Entrada más reciente Entrada antigua Inicio