Felicitarde

... por unas horas. Bueno, por 24 horas llego tarde. Llegamos.

La culpa es mia, que yo era la encargada de subir los regalos

¿me perdonas?

Bueno, los regalos. Uno es mio y otro de Don Vitabar

¿quien regala qué?







Palabras de Benedetti



El sexo de los Angeles

Una de las más lamentables carencia de información que han padecido los hombres y mujeres de todas las épocas se relaciona con el sexo de los ángeles. El dato nunca confirmado de que los ángeles no hacen el amor, quizás signifique que no lo hacen de la misma manera que los mortales. Otra versión, tampoco confirmada, pero más verosímil sugiere que, si bien los ángeles no hacen el amor con sus cuerpos por la mera razón que carecen de erotismo lo celebran, en cambio, con palabras, vale decir, con las orejas. Así, cada vez que Angel y Angela se encuentran en el cruce de dos transparencias, empiezan por mirarse, seducirse y sentarse mediante el intercambio de miradas, que, por supuesto, son angelicales. Y si Angel para abrir el fuego dice "Semilla", Angela para atizarlo responde "Surco". El dice "Alud" y ella tiernamente "Abismo". Las palabras se cruzan vertiginosas como meteoritos o acariciantes como copos, Angel dice "Madero" y Angela "Caverna". Aletean por ahí un ángel de la guarda misógino y silente y un ángel de la muerte viudo y tenebroso. Pero el par amatorio no se interrumpe. Sigue silabeando su amor. El dice "Manantial" y ella " Cuenca". Las sílabas se impregnan de rocío y aquí y allá, entre cristales de nieve, circula en el aire, sus expectativas. Angel dice "Estoqueo" y Angela radiante, "Herida", el dice "Tañido" y ella dice "Relato". Y en el preciso instante del orgasmo intraterreno, los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos se estremecen, entremolan, estallan y el amor de los ángeles llueve copiosamente sobre el mundo.

Benedetti.

Todas las palabras de este espacio fueron para ti. Salían tan fácil que en mis adentros sólo estuvieron de paso. Turistas por mi identidad, destino cerrado a un mar de dos.

Y ahora no las encuentro, no conozco las justas, las que alcancen la huella que has marcado.

Hoy estoy muda. Voz callada en manos llenas de agradecimientos que no sirven, que no logran explicar el sentimiento. Quiero hacer visible lo invisible, lo que nadie ha visto...

Pero hoy no sé poner las palabras a jugar.

Miro atrás y rescato a esa niña orgullosa que un día consiguió coronar su fantasía y lo hizo con el corazón más grande que nadie jamás pudiera encontrar.



Porque no te has ido y porque es imposible que te vayas, porque estás dentro y porque mis pasos se cuentan con tu acento. Porque te quedas en el hueco que han dejado las palabras. Porque estoy triste, porque tengo alegría de pensarte, porque la más grande de las suertes pasó por mi lado, porque nunca soñé nada mejor... Por tu lección de vida, por todo lo que tú ya sabes y por todo lo que yo no sabía.

Un montón y siempre.

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